Mercedes-Benz 300 E 24V Sport Line (W124)
Año: 1990
Mercedes-Benz ha basado su éxito tradicionalmente en productos con tres virtudes fundamentales: contundencia, lujo y representatividad. Es por ello que cuando trata de dar un aspecto más deportivo a algunos de sus productos bien se lo confían a AMG como un plus de exclusividad o bien a lo largo de su historia lo ha basado en que no se superase bajo ningún aspecto los límites de la discreción.
Este es el caso de nuestro protagonista. A lo largo de la maravillosa década de los años 80 muchas cosas comenzaron a cambiar en Mercedes-Benz. Esta marca precursora del automóvil moderno y con un bagaje deportivo envidiable, único y difícil de superar en muchos aspectos a lo largo de su historia a principios de los 80 en su gama de vehículos carecía de un modelo que pudiéramos calificarlo como deportivo. Para ello, en primer lugar, tuvo que rebajar el listón en la oferta de su producción, mediante la creación de un vehículo que entrara en un nicho de mercado inferior al habitual de la marca, este es el caso del Mercedes-Benz 190 W 201. Así se aseguro un vehículo accesible a grandes masas de la sociedad europea convirtiéndose en poco tiempo en muy popular y hoy en uno de los vehículos más queridos por su alto valor coleccionable basado en su robustez, fiabilidad, comodidad, economía de uso, acabados... y lo que supuso como hecho histórico al ser el primero de la casa en este nicho de mercado donde las batallas son durísimas con sus rivales alemanes BMW y Audi y que tantos ríos de tinta han causado.
Con esto se demuestra un hecho inamovible: "donde Mercedes pone el ojo acierta el tiro". Es por eso que la mirilla para centrarse en el objetivo la llevan prácticamente todos los Mercedes sobre el capó aun hoy. Bromas a parte, lo cierto es que Mercedes-Benz empezó a dar respuesta a lo largo de la década los 80 a buen sector de su clientela que no se contentaban solo con la calidad y el lujo. En primer lugar surgió el inolvidable 190E 2.3-16v al que le sucedió el 190E 2.5-16v.
Viendo el éxito obtenido a pesar de la controversia que causó dentro de la casa crear un vehículo con alerones, faldones y una imagen calificada por algunos de "nada discreta", la evidencia hizo asentir las cabezas de el núcleo duro conservador. Esto trajo consigo algo muy importante y es que a finales de la década de los 80 se ofreciera en las serios 201 y 124 el paquete Sport Line. Paquete que si bien no tuvo mucho éxito en las versiones de acceso a estas series, se convirtió en símbolo distintivo casi obligado de las versiones altas de gama como la que hoy nos ocupa al que muchos la denominamos cariñosamente como el deportivo equilibrado ideal: el Mercedes-Benz 300 E 24 V Sporline (comentario adjunto).
El valor de la discreción.
Como he dicho anteriormente, la discreción es una de las señas de identidad de los vehículos con cierto cariz deportivo de Mercedes-Benz durante esta época. Pocas son las diferencias diferencias contrastables entre los Sport Line y cualquier hermano de gama sin este paquete. Pero las hay exteriormente: anagramas en las aletas delanteras, altura de la suspensión rebajada, neumáticos 205/60 R15 montados sobre llantas de 7". Pero si pasamos al interior no sentaremos en unos superconfortables asientos cuyas formas son más marcadas y su tapicería exclusiva. A continuación algunas imágenes con el paquete Sport Line sin cuero y con cuero.
Estas son las modificaciones que saltan a la vista, al margen de un volante muy pequeño y algunos ligeros detalles de cuero. Se continúa con la tradición al terminar en maderas nobles la consola central y el salpicadero, incluyéndola también en la zona central de los asientos posteriores, configurados en dos estrictas plazas, cumpliendo a la perfección con casi todas las premisas que sirven para definir el lujo en un automóvil, aunque no debemos olvidar que todos estos elementos suponían un desembolso complementario al básico del vehículo.
Estamos en una época en que casi todo era extra y uno de los elementos que no se libraba de ello era el sistema antipatinamiento (ASR) que evitaba el deslizamiento de las ruedas al igual que el paquete Sport Line. Este extra solo era posible en la versión con cambio automático mientras que en la de cambio manual se ofrecía un diferencial autoblocante. Pero a ello había que sumar: aire acondicionado, reposacabezas traseros, elevalunas eléctricos... Pero la suerte es que esta versión en particular en casi todas sus unidades se gozaba de un equipamiento espectacular debido a que era adquirido por clases sociales pudientes.
Un vehículo con matrícula de honor.
Al bajarse de este vehículo hay un sentir general y una contundencia al afirmar: el Mercedes-Benz 300 E 24V es un vehículo sobresaliente sin paliativos. Si cogemos las primeras unidades nos podemos encontrar dos variantes, la no catalizada con 231 CV y la catalizada con 220 CV. Es posible que el matiz de la caja de cambios automática de cuatro relaciones reste algo de encanto al conjunto, o, por decirlo de otra forma, filtra algo las sensaciones que puede sentir el conductor, pero es que el motor es tan brillante que hace olvidarnos este detalle. Empuja con la decisión de sus 220 CV como mínimo, y la caja de cambios automática permite una utilización manual casi asimilable a las de las versiones manuales. Ello, no es óbice de que en alguna ocasión se eche de menos la manual o incluso la automática de cinco relaciones que si llevaba el coupé. Según Mercedes esta última caja de cambios no se podía instalar, a pesar de que "a priori" pudiera parecer que el bastidor es similar al de la versión coupé.
Otro punto en el que destaca es en su comportamiento rutero y en la forma de devorar kilómetros sin darte cuenta. Teóricamente todo apunta a que con el paquete Sport Line pudiera ver una merma de confort debido a los nuevos tarados de suspensión algo más rigurosos pero en la práctica nos equivocamos. La capacidad de absorción de la irregularidades del terreno es soberbia, mimando a los ocupantes de tal forma que la realización de viajes que implican largas distancias (500-1000 kilómetros) se realizan sin cansancio alguno.
Destaca la facilidad con que se conduce, ya que la nobleza del bastidor y (en las unidades que lo lleven) el ASR que controla el deslizamiento de las ruedas permite tomarse ciertas libertades en alguna que otra ocasión. Ya se encarga el vehículo por sí solo de que no superemos el umbral de peligro. En cualquier caso, aunque no se disponga de la opción del ASR, el comportamiento es muy noble y el sistema de frenos detiene la más de tonelada y media de forma más que eficiente.
El controvertido tema de los consumos que tanto puede asustar a priori, debe catalogarse como más que correctos si tenemos en cuenta: la alta cilindrada, la caja automática en las versiones que la lleven y el alto peso del conjunto. Pero a pesar de ello a velocidades legales y con tranquilidad los consumos están dentro de lo previsible. Ahora bien si se cae en la tentación a la que nos puede someter este coche con más frecuencia de la habitual, pisaremos sin contemplaciones, nos encontraremos rodando a cruceros elevadísimos sin que nos demos cuenta, cubriremos largas distancias en cortísimos periodos de tiempo pero con un coste alto. La aguja del indicador de nivel de combustible se anima a bajar de forma directamente proporcional a los grados en que báscula el pedal del acelerador cuando pisamos.
Cuando rodamos deprisa hay que comentar que incluso a conductores con experiencia sorprende la poca sensación de velocidad que transmite tanto al conductor como a los pasajeros. El silencio de marcha, el confort de las suspensiones y la suavidad de manejo de todos sus elementos contribuyen al aislamiento del exterior y parece que se rueda despacio. Una fácil y rápida lectura al velocímetro será la única operación que se podrá realizar para controlar con exactitud el crucero. Aquí no vamos a descubrir al fabricante alemán pero la fama y el reconocimiento de muchos usuarios no se consigue fácil ni gratuitamente. Si nos referimos en concreto a esta versión, la conclusión nos lleva a su buena situación dentro de la gama, y si descontamos algunos aspectos de fiabilidad de algún elemento que comentaremos, las virtudes intrínsecas y sus detalles distintivos nos definen una de las de las versiones más interesantes de la Serie 124.
Como he dicho anteriormente, la discreción es una de las señas de identidad de los vehículos con cierto cariz deportivo de Mercedes-Benz durante esta época. Pocas son las diferencias diferencias contrastables entre los Sport Line y cualquier hermano de gama sin este paquete. Pero las hay exteriormente: anagramas en las aletas delanteras, altura de la suspensión rebajada, neumáticos 205/60 R15 montados sobre llantas de 7". Pero si pasamos al interior no sentaremos en unos superconfortables asientos cuyas formas son más marcadas y su tapicería exclusiva. A continuación algunas imágenes con el paquete Sport Line sin cuero y con cuero.
Al bajarse de este vehículo hay un sentir general y una contundencia al afirmar: el Mercedes-Benz 300 E 24V es un vehículo sobresaliente sin paliativos. Si cogemos las primeras unidades nos podemos encontrar dos variantes, la no catalizada con 231 CV y la catalizada con 220 CV. Es posible que el matiz de la caja de cambios automática de cuatro relaciones reste algo de encanto al conjunto, o, por decirlo de otra forma, filtra algo las sensaciones que puede sentir el conductor, pero es que el motor es tan brillante que hace olvidarnos este detalle. Empuja con la decisión de sus 220 CV como mínimo, y la caja de cambios automática permite una utilización manual casi asimilable a las de las versiones manuales. Ello, no es óbice de que en alguna ocasión se eche de menos la manual o incluso la automática de cinco relaciones que si llevaba el coupé. Según Mercedes esta última caja de cambios no se podía instalar, a pesar de que "a priori" pudiera parecer que el bastidor es similar al de la versión coupé.
Destaca la facilidad con que se conduce, ya que la nobleza del bastidor y (en las unidades que lo lleven) el ASR que controla el deslizamiento de las ruedas permite tomarse ciertas libertades en alguna que otra ocasión. Ya se encarga el vehículo por sí solo de que no superemos el umbral de peligro. En cualquier caso, aunque no se disponga de la opción del ASR, el comportamiento es muy noble y el sistema de frenos detiene la más de tonelada y media de forma más que eficiente.
El controvertido tema de los consumos que tanto puede asustar a priori, debe catalogarse como más que correctos si tenemos en cuenta: la alta cilindrada, la caja automática en las versiones que la lleven y el alto peso del conjunto. Pero a pesar de ello a velocidades legales y con tranquilidad los consumos están dentro de lo previsible. Ahora bien si se cae en la tentación a la que nos puede someter este coche con más frecuencia de la habitual, pisaremos sin contemplaciones, nos encontraremos rodando a cruceros elevadísimos sin que nos demos cuenta, cubriremos largas distancias en cortísimos periodos de tiempo pero con un coste alto. La aguja del indicador de nivel de combustible se anima a bajar de forma directamente proporcional a los grados en que báscula el pedal del acelerador cuando pisamos.
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Información adjunta:- Consumos:
---- Sedán con caja de cambios manual de 5 velocidades.
---- Sedán con caja de cambios automática de 4 velocidades.
---- Estate con caja de cambios manual de 5 velocidades.
---- Estate con caja de cambios automática de 4 velocidades.
- Comparativo con otros vehículos con similar: potencia, par motor y velocidad máxima.
- Datos de carácter técnico de interés para operaciones de mantenimiento básicas del propietario: versión no catalizada / versión catalizada.
- Dimensiones:
---- Sedán.
---- Estate.
- Distancias de frenada.
- Error del velocímetro.
- Mantenimiento: Revisión A, revisión B, revisión C y periodicidad.
- Motor.
- Transmisión: con caja de cambios manual y con caja de cambios automática.
- Pesos.
- Prestaciones:
---- Sedán con caja de cambios manual de 5 velocidades.
---- Sedán con caja de cambios automática de 4 velocidades.
---- Estate con caja de cambios manual de 5 velocidades.
---- Estate con caja de cambios automática de 4 velocidades.
- Producción.
- Sonoridad.
- Suspensión, discos de freno y neumáticos.
